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Fashion Week Europea

Submitted by blueandred on Wed, 11/11/2015 - 21:01

Los europeos son distintos a usted y yo, diremos parafraseando a Scott Fitzgerald, un escritor que sin duda hubiera apreciado las recientes fashion weeks en Londres, Milán y París, titulándolas, quizás, como “un diamante del porte del Ritz”, como hizo con una de sus novelas más famosas.

Todavía no se escuchaba la última campanada de la semana de la moda en Nueva York, cuando en Londres ya todos hacían fila para ser testigos de la nueva colección de Burberry. ¿Y cómo no? ¿Quién querría perderse a Anna? (Wintour, por si los apellidos son necesarios). O a Cara, o Kate Moss, en abrigo de leopardo; o Benedict Cumberbatch –el Hamlet del momento en el teatro británico–, observando muy serio la colección diseñada por Christopher Bailey para la legendaria marca inglesa. Nadie, por supuesto, porque si usted no está interesado en la moda, seamos francos, probablemente no está interesado en nada. ¿Deportes? Qué opina de David Beckham, icono del estilo, o su mujer, Victoria, flamante diseñadora de modas. ¿Música? ¿Vio a Rihanna entrando como una reina al desfile de Dior en París? Y si usted es demasiado serio para estas frivolidades, y solo le interesan las finanzas, ¿vio a Henri-François Pinault, uno de los empresarios más ricos de Europa, sentado junto a su mujer, Salma Hayek, en la primera fila de Saint Laurent en París?La moda se ha convertido en el vortex donde todo converge, y sus personajes, sus eventos y sus noticias son compartidos y analizados con más entusiasmo que, digamos, la entrega de los premios Nobel, que fueron seleccionados al mismo tiempo que Vogue Francia celebraba sus 95 años con una espectacular fiesta. ¿Quién conoce los nombres de Thomas Lindahl o Paul Modrich ganadores del Nobel en Química? Pocos. Sin embargo, basta mencionar a Kendall y Gigi (Jenner y Hadid respectivamente, aunque, una vez más, aquí los apellidos no son necesarios) para que todo el mundo civilizado dé una mirada de reconocimiento y se lance a hablar del estilo de estas dos modelos, de su belleza y, más todavía, la valentía y fortaleza que han demostrado para enfrentar comentarios pesados en Internet y a una jauría de paparazzi persiguiéndolas por todas partes. Hay que ser muy valiente, por ejemplo, para salir a almorzar al café Flore, uno de los más conocidos y turísticos de París, luciendo una blusa completamente abierta en los costados y “sans bra”, como hizo Kendall durante la semana de la moda para reunirse con Gigi y Hailey Baldwin, mientras un batallón de fotógrafos las esperaba a la salida. ¿Cómo es posible que estas chicas no tengan un momento de intimidad? ¿Dónde están sus derechos?Seguramente para relajarse después de la tensión, acompañadas de Joe Jonas, el cantante, ídolo juvenil y novio de Gigi, ambas fueron a un parque de entretenciones en el corazón de la ciudad. ¿Y adivine qué pasó? ¡Más paparazzi!

Por supuesto, la fashion week europea no solo tuvo a estas dos celebridades como tema inevitable de conversación. También tuvo a Kris Jenner, la formidable madre de Kendall y Kylie Jenner y las Kardashian que, dando una lección de exhibicionismo que su clan sin duda apreció, llegó a París acompañada de su novio, un atractivo afroamericano llamado Corey Gamble, casi treinta años menor que ella.

Isn’t it romantic? Ins’t it Kardashian?

Nuevos rostros

La temporada primavera-verano 2016 que se presentó en Europa “no tuvo foco”, explicó en su columna Vanessa Friedman, editora de modas de The New York Times, alegando que con tantas opciones (vestidos de hada en chiffon en Giambattista Valli, futurismo tecnológico en Louis Vuitton, perversión política en Miu Miu) era imposible definir el look o incluso la silueta del momento. Nosotros iremos más lejos. Después de revisar más de 500 shows en total, la sensación es de clara esquizofrenia. Quizás es el resultado natural del aceleradísimo ritmo que ha tomado la moda, exigiendo a los creadores lanzar colecciones constantemente, algunas con el fin de ser usadas por clientas, otras sin más propósito que lucir bien en Instagram. En esto último, Karl Lagerfeld en Chanel es un maestro. Después de haber presentado sus recientes desfiles en un casino, un supermercado, un bistró y una protesta feminista (todos sets falsos construidos en el Grand Palais parisino), ahora lo hizo en lo que pareció un aeropuerto, con el hashtag #ChanelAirlines, y con las modelos paseándose con “carry ons” y carros de maletas por counters y puertas de embarque. Adorable. Y totalmente distinto a la experiencia que cualquiera que haya visitado un aeropuerto en la última década conoce. Ahora solo queda esperar a ver qué ofrecerá Karl a sus invitados –y a las redes sociales– la próxima temporada: ¿una lavandería Chanel? ¿Chanel subway?En Milán, Dolce & Gabbana presentó su desfile en medio de la controversia desatada por un artículo publicado en The New Yorker –revista muy seria y literaria–, donde se hablaba de las bacanales organizadas por la marca para celebrar su línea de alta costura “Alta Moda” y a sus clientas, que pueden gastar sin problemas hasta 300 mil dólares por un vestido. “La sensación de usar algo que ha sido construido para tu cuerpo, es única”, comenta una de ellas a la revista mientras mozos vestidos como lacayos del siglo XVIII la abanican con plumas de pavo real. Es el tipo de artículo que podría desatar una revolución. Pero en Milán, Dolce & Gabbana puso su mejor cara y lanzó una colección que fue una tarjeta postal de Italia. Estamos hablando en forma literal. Cada vestido llevaba el nombre de un lugar italiano –Roma, Sorrento, Capri– con diseños relativos a ese sitio. “Ya no creemos en una moda de tendencias. Queremos mostrar emoción. ¡Disfrútenla!”, explicó en el backstage Stefano Gabbana.

amfAR organizó una gala de beneficencia en Milán, y Chiara Ferragni, Jessica Stam, Coco Rocha, Irina Shayk y Alessandra Ambrosio llegaron a mostrar su apoyo. Balmain celebró una fiesta en París, con su director creativo, Olivier Rousteing, como anfitrión, y Joan Smalls, Bella Hadid, Zendaya, y Kris Jenner y su novio como invitados. Y en Londres, la fashion week partió con una elegante recepción en Downing Street con Suki Waterhouse, y Cara y Poppy Delevingne entre los asistentes. La novia de Cara, la cantante Annie Clark, también conocida como St. Vincent, estuvo a su lado frecuentemente, convirtiéndose en presa favorita de los fotógrafos durante la fashion week europea.

En moda, hubo grandes noticias. Alessandro Michele confirmó la nueva dirección de Gucci con su segunda colección, una serie de coloridos y refinados vestidos y trajes de inspiración vintage que marcan una enorme diferencia con lo que hasta hace menos de un año hacía Frida Giannini para la marca, y ahora Michele ha sido elevado a la categoría de ídolo para la moda internacional. En Balenciaga, Alexander Wang se despidió presentando su último show casi al mismo tiempo que los ejecutivos de la maison anunciaban que su sucesor sería Demma Gvasalia, un casi desconocido que hasta ahora era director creativo de su propia marca “anti-moda”, Vetement.Read more at:marieprom | sexy prom dresses uk